La pobreza es un estado de miseria; de carencias. Es aquí donde yo difiero del término tradicional que confiere la pobreza a quienes no poseen un hogar o alimento. Personalmente considero a la pobreza como la consecuencia de la negligencia social que permite la desigualdad; y esta pobreza no nace de los factores economicos; sino sociales. La mayoría de los países del tercer mundo carecen de riqueza, pero de actitud y espíritu; una pobreza que irónicamente arroja a la miseria a un gran segmento de la población.
A menudo despreciamos a quien no tiene, a quien le falta o rechazamos a quien es arrojado a las orillas. El mundo se mantiene decente dadas las circunstancias en las que vive; es decir que es increíble que no nos responsabilizamos por los errores que hemos cometido. Muchos pensaran que no hay nada que hacer pero si hay y muchas.
Creo que debemos de abrir los ojos y dejar de ver hacia adentro para ver bien lo que tenemos enfrente. Podemos usar nuestro conocimiento para ayudar a motivar a estudiar y multiplicar nuestro conocimiento.
Recientemente en una entrevista me preguntaron cómo convencia a alguien de algo aunque todo un grupo no esté de acuerdo. Respondí que la única manera en la que podemos contrarrestar una idea necia es con datos; no podemos hablar o querer convencer a otros de que tenemos razón si no mostramos información que lo respalde o al menos una prueba seria y sensata que nos lleve a tener una visión clara de lo que es correcto. De esta misma manera es que creo que nosotros podemos ayudar mucho a nuestra comunidad.
Debemos de dejar de tener miedo a los cuestionamientos que en gran medida son egoístas y hacer con convicción lo que es correcto; no hay nadie mas pobre en este mundo que aquel que lo es de actitud y espíritu; que duda de los demás y de si mismo; que no pone nada de si mismo en este mundo; no para ser protagonista sino para ser un factor de cambio; un factor de mejora para una mayoría sin compromiso. Podemos ser pobres de recursos, pobres por la falta de alimento; pero la pobreza que más debemos encarar es esta; la que no permite crear una comunidad, la pobreza de espíritu, la pobreza de voluntad para servir.
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