Las últimas elecciones me causaron mucha angustia con todo lo que paso; sobretodo con el caso de la coacción del voto por todos los partidos; ahí se repartieron culpas; pero no perdió quien fue justo; sino quien menos capital aportó a esa corrupción del sistema democrático.
Necesitamos una nueva democracia; una democracia reforzada por la ciudadanía, son nuestras elecciones; es a quienes depositamos el liderazgo de la sociedad y a quienes ponemos nuestros recursos no para expandir sus riquezas personales; sino para que juntos ellos y nosotros encontremos soluciones para mejorar a nuestro país. En lo personal jamas he sabido de ningún servidor público que venga a mi puerta o la de mis vecinos a ofrecer su apoyo para alguna campaña. De hecho es tan limitado el conocimiento general de la política y la democracia que simplemente creo que pudieran pasar 2 cosas si un servidor público tocara a mi puerta o la de mis vecinos; una sería; que es la mas logica; criticar al gobierno; y dos; adular pensando que vamos a obtener algo a cambio; pero la opción más necesaria o el escenario mas correcto seria preguntarle que ha hecho o pretende hacer por mi y mi comunidad; y lo siguiente democráticamente correcto seria; en que le puedo ayudar como ciudadano.
Una nueva democracia necesita nacer; y esa es en la que nuestros gobernantes si tienen un liderazgo; pero que nos escuchen; y que también nos pidan lo que les hace falta a ellos para ayudarlos y así crear una comunidad democrática. A nadie le gustan las promesas; sino las acciones; y las acciones son trabajo; de deben de crear agendas viables que permitan a los servidores públicos cumplir con fechas y proyectos propuestos; proyectos sensatos que apoyen 3 ejes fundamentales; desarrollo económico y diversificación industrial, salud y educación.
Se debe de crear una democracia efectiva donde cada proyecto cumpla un propósito social productivo; donde se pueda sacar provecho de la inversión que el estado respalda para así promover el desarrollo económico y social sostenido. Cada proyecto debe de estar respaldado por un administrador capacitado y efectivo; un servidor público que tenga asesores talentosos.
La democracia es liderazgo, no poder; es recursos, no riqueza, es ejemplo, no fama. Debemos de conducir a nuestros políticos a ser líderes que trabajen con nuestros recursos para así ser un ejemplo. Mas proposito y menos ambicion; eso es lo que MÉXICO necesita; eso es lo que cada uno de nosotros necesitamos.
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